En 1905, el país empezaba a recuperarse de la Guerra de los Mil Días. Eran muchas las viudas de los miles de combatientes muertos en ambos bandos. Comenzaron a surgir incipientes fábricas que demandaban fuerza laboral y las mujeres empezaron a vincularse a ese mercado, dejando a sus hijos con parientes o vecinos y, con frecuencia, expuestos a los peligros de la calle.
La señorita Genara Cote, santandereana de gran carácter y sensibilidad por la situación de las viudas y los niños huérfanos, pensó en fundar un sitio en el que las trabajadoras de escasos recursos dejaran a sus hijos para su cuidado. Para informarse sobre establecimientos similares existentes en Europa, viajó a París y trajo la idea de las “Écoles Maternelles”, que utilizaban los métodos pedagógicos de María Montessori, basados en el aprendizaje a través del juego, y de Jean Henri Pestalozzi, dos de los referentes más importantes en la historia de la pedagogía infantil.
Las metodologías que proponían se denominaban activas y fueron la base de la que se nominó Escuela Nueva, en oposición a la educación libresca y memorística. A su regreso comenzó a contagiar de entusiasmo a otras personas, con quienes organizaron la Exposición de Artes y Manufacturas Nacionales para recaudar fondos y darle inicio a la “Sociedad de Salas de Asilo”, cuyo nombre se originó en los Asilos de Niños, como se le denominaba a las guarderías en Francia. Esta exposición se realizó el 7 de octubre de 1905 y sus esfuerzos dieron resultado, pues consiguieron recursos suficientes para iniciar actividades.
María Pérez de Mendoza apoyó a Genera Cote y compraron la casa en donde funcionaría la Sala de Nuestra Señora de los Ángeles, localizada en el barrio La Capuchina de Bogotá. En sus inicios se atendían niños entre 3 y 7 años, quienes acudían diariamente y se les ofrecía alimentación, cuidado de la higiene y salud; además de educación básica. Crearon la sala Nuestra Señora de los Ángeles y obtuvieron su personería jurídica el 4 de mayo de 1906, publicada en el Diario Oficial 12643. En el año 2012 se tomó la decisión de cambiar el nombre de la fundación por Fundación CreSiendo, debido a la idea equivoca que empezó a generar la razón social de Salas de Asilo.
Años más tarde surgió la necesidad de ampliar la cobertura, para que los niños al llegar a los 7 años no quedaran nuevamente desprotegidos y se comenzó a impartir educación básica primaria. En 1927 se creó la sala Nuestra Señora de los Dolores y en 1934 el Instituto Salas Niño Jesús. En 1971 se creó el Instituto Politécnico Los Ángeles, convirtiéndose posteriormente en Bachillerato Académico.
Actualmente la Fundación ejecuta el proyecto denominado Parque Lúdico, Cultural y Deportivo en el municipio de El Rosal – Cundinamarca, donde apoya las actividades académicas de los Colegios Campoalegre y San José en las áreas de matemáticas y lectoescritura en los grados de preescolar , primero y segundo. En horas de la tarde brinda a los niños apoyo escolar en la elaboración de tareas y ofrece actividades lúdicas y culturales tales como música, teatro, danza, cocina, avistamiento de aves, artes audiovisuales, entre otras.
La actividad social en la Fundación CreSiendo ha sido ininterrumpida desde su origen y se ha adaptado a través del tiempo a las necesidades de cada época. Aunque se ha centrado principalmente en la educación, en diferentes etapas y programas también ha tenido un papel preponderante en la nutrición de los niños atendidos, ha prestado servicios médicos, odontológicos, recreación y servicios de guardería desde los 6 meses de edad. Con sus diferentes programas la Fundación ha beneficiado a más de 40.000 niños en estos 119 años de historia.